martes, 24 de abril de 2012

Una reflexión filosófica


En primer lugar me interesa postular que la filosofía no debe ser entendida solamente como un saber racional, no es solo buscar un fundamento último, sino obtener las herramientas para poder analizar y trabajar lo contingente, lo que deviene; la filosofía, tiene que abrir las puertas al conocimiento integral del hombre, pues éste no es solo razón, es también sentimientos, sensaciones, “pasiones del alma”, que lo conforman en su totalidad; el aporte de la filosofía debe ser el de abrir no solo las mentes sino también los corazones, no recostarse en un racionalismo extremo, sino tratar al hombre y a todos los seres en su completitud; cuando la filosofía se reviste únicamente de racionalidad cae en la chatura de los fundamentalismos, y se convierte en una ciencia raquítica y cerrada. De qué sirven todos los saberes del mundo si no se ponen en práctica; el saber digno es aquel que esta íntimamente unido al bien común, así como lo demuestra Levinas que hace de su filosofía una epifanía de la dignidad humana, dignidad entendida en cuanto al cuidado del otro.
Tampoco debemos entender la Etica como un código de comportamientos, sino como una mirada crítica, que cuestiona, que busca caminos, que interpreta, que interpela, que acciona en la sociedad desde todos los lugares donde se encuentren quienes se dediquen a ella, ya sean profesores, estudiantes, licenciados, doctores; desde un seminario, desde una conferencia, en la charla cotidiana, en el trabajo, es decir, en el ámbito en el que cada uno se desarrolle.
Ahora bien, ¿cuál es el aporte que puede y debe hacer la Filosofía?
Si cada ciencia se ocupa de un algo específico, haciendo un recorte de la realidad, lo que debe aportar la filosofía son las herramientas necesarias para articular los criterios que de estas ciencias se desprenden, tratar de unificarlos y ayudar a llevarlos a la práctica de una manera integral; algunas de estas herramientas con las que cuenta y debe ofrecer a nivel interdisciplinario son, capacidad critica, capacidad de escucha, análisis objetivo y fundamentalmente una mirada profunda, que vea lo que otras disciplinas no pueden o no logran ver, esa particularidad y esa maravilla que tiene el conocimiento, el cual, además, genera un poder extraordinario que debe orientarse al bien común; debe colaborar para que este recorte hecho por las ciencias no pierda de vista al hombre en su totalidad, en la cual convergen muchísimas situaciones, físicas, psíquicas, emocionales, cognoscitivas, sociales, etc.
Debemos entender la Filosofía como búsqueda, apertura a la diferencia, capacidad de analizar distintos caminos. Necesitamos una filosofía que se meta en la historia, en el mundo, en lo cotidiano, que no se quede únicamente en el ámbito de lo académico, con lenguajes técnicos y citas repetidas de otros; tampoco conformarnos con que la filosofía sea solo una ciencia que busca las primeras causas y los primeros principios, sino que sea ella misma causa y principio que mueva a la concreción de acciones humanas.
La palabra que define a la filosofía, es APERTURA: al dialogo, a nuevas ideas, a distintas culturas, a nuevos caminos de pensamiento; y debe además, promover discusiones, y generar amplitud de criterios que permitan una buena toma de decisiones para encontrar respuestas a nuestros problemas concretos.




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